De pronto me di cuenta de que estaba corriendo, no tenía ningún motio para hacerlo, igual corrí, cansado me detuve, respiré profundamente y me pregunté por qué corría, en ese momento me di cuenta de que me había subido el efecto de las pastillas que me dio Álex, odiaba esa sensación, pero algo me impulsó a tomarlas igual.
Mi celular comenzó a sonar, no quería contestar, no quería saber de nadie, o tal vez si quería. El teléfono dejó de sonar y empecé a caminar, medio mareado y sin saber a donde me dirigía, llegué a un servicentro, entré a esa especie de minimarket que tienen casi todos los servicentros y compré tres brownies y un Gatorade azul, salí y me senté en la vereda mientras tragaba los brownies, pensaba en Sofía aunque no quería hacerlo, ella llenaba la poca conciencia que quedaba en mi cabeza. Me levanté y llamé a Alex para ver en que ocupábamos la noche o lo que quedaba de ella, pero el muy joputa no contestó. Empecé a caminar buscando algo sin saber lo que era, tenía un rock & roll en la cabeza, los golpes de la batería me partían el cráneo a pesar de que la música sólo sonaba en mi conciencia. Empezé a correr otra vez, me caí, fallecí, o eso pensé, cuando desperté vi a Sofía a mi lado, me miró a los ojos, luego me besó, desperté por segunda vez, mi pieza estaba oscura, ya no tenía idea de que era real...
Hijo de padres separados
Hace 10 años